* La palabra ojalá no viene del árabe إن شاء الله (in sha’a Allah) «si Dios quiere», como tantas veces se repite, sino del árabe لو شاء الله (law sha’a Allah) «si Dios quisiera». La prueba está en que no se puede colocar «ojalá» en los mismos lugares que «si Dios quiere».
Donde las eLes encuentran su nombre
de los deseos hilvanados a la pata de mi cama,
de esos que no se pueden pedir por amazon en un sólo clic,
de las cosas que no son cosas, que son las que son más importantes,
de los silencios anhelando el ruido de los abrazos,
de la piel de gallina calmando su tiritona,
de las nubes que coges con un alfiler para envolverlas como regalo,
de un «perdóname» dándole la mano a un «no hace falta»,
de los amores correspondidos durmiendo en la misma cama,
de conseguir lo que te propongas a base de besos desenredados,
de esa declaración de intenciones cuando se hace realidad,
de las palabras cuando abrigan y te quitan las lágrimas de los ojos,
del corazón haciendo calceta con los abrazos que están por venir,
de tí, de mí, de nosotros…y de todos los «continuará» que escribiremos juntos,
de la ternura… cuando levanta barricadas,
…de…
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