Esto nos está pasando a muchos aquí en Venezuela, a unos en mayor o menor grado pero muy pocos (dicen que un 3%) escapan a esta triste y angustiosa realidad aquí descrita de manera sublime y casi poética por mi estimada amiga Rosa María a quién le envío un afectuoso saludo junto a mis mejores deseos.
Me permito compartir este post en mi blog.
Solo nos queda sobrevivir y cuidarnos…
o cuidarnos para sobrevivir…
ya ni sé en que orden.
#Seguimos
Paz y bien.
Desde marzo estamos en cuarentena, ya es Agosto, ¡Meses guerreando y los que faltan! Mi casa es mí santuario, el mejor lugar donde podría estar a pesar de todo, por eso agradezco. Antes de las 6 de la mañana escucho a lo lejos el alboroto de las guacharacas y la algarabía de loros que pasan muy cerca y van como contándose cosas, mi perro raspa la puerta para que lo deje salir, me levanto, voy a la cocina, monto la cafetera, llueve por fin, se escucha el croar de los sapitos, me quedo mirando por la ventana hacia la nada, pero pensando en todo. Esperando que amanezca, que salga el sol.
Vivir esto se ha vuelto un calvario. Uno piensa, ¿Qué será lo que haré hoy de comer? Granos y arroz, es lo que casi siempre queda en despensa, escasea el agua, ese es otro cuento, posiblemente a esa hora de…
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