
Hermosa es lafelicidad,
sea mía o no.
Esplendorosa es la juventud,
perdida o no.
Mas siempre asombra
vertanta juventud,
en ojos ya envejecidos.
He vivido tantas vidas
como amores he tenido.
Alegre desayuné con los amaneceres
y melancólica brindé con el crepúsculo.
Gocé de mi gloria temprana,
con la imprudencia de una debutante.
Mas he dejado lo mejor de mi
para la traca final.
En este ocaso mío,
voy paseandola mirada
por encima de la cresta de la luna
allálejos, donde se columpia la alegría.
Confieso que he vivido,
tontamente feliz,
coqueteando con la gloria,
sorteando a la adversidad
y a ratos olvidando,
que una mañana cualquiera,
dejaré de ver su amanecer.