Solo me restan destellos de cordura…
En esta soledad
los recuerdos,
los fantasmas,
las ausencias,
los sueños
ocupan mi vigilia.
Se desdibuja la frontera
entre lo real y lo onírico,
desconocer,
no saber con exactitud
si lo soñé o en verdad le abrace,
sentí su calor,
sentí su cuerpo a mi alrededor
durante la madrugada.
Dudar si estos versos son míos
o Ella me los susurro al oído.
Compartir licor con mi suicida vocación
o con esa tangible entidad
que me anima a caer.
– Te entiendo, no saber si sufres un exceso de mi presencia o en realidad dialogas conmigo.
Sentencia La Soledad.