La Mediocridad siempre vigente…
«Cada cierto tiempo el equilibrio social se rompe a favor de la mediocridad. El ambiente se torna refractario a todo afán de perfección, los ideales se debilitan y la dignidad se ausenta; los hombres acomodaticios tienen su primavera florida.
Los gobernantes no crean ese estado de cosas; lo representan. El mediocre ignora el justo medio, nunca hace un juicio sobre sí, desconoce la autocrítica, está condenado a permanecer en su módico refugio»…
Maldita frustración: como manejarla.
«Si estamos frustrados, nuestra cabeza nos puede jugar una mala pasada, y será difícil dejar atrás nuestro patrón de pensamiento actual (que es de todo menos objetivo), para escuchar sin interpretaciones o creencias erróneas que generen turbulencias en el mensaje recibido. Siempre hay personas generosas que aportarán algo a tu aprendizaje vital, personas que ponen su experiencia al servicio de los demás. Aprende a distinguirlas. Y a escucharlas receptivamente. Será útil.»
En este interesante Blog > Orientándote < de Evajuanatey.com
he conseguido mucho de esa generosidad y sapiencia para contribuir a mi crecimiento personal y mi aprendizaje vital, lo que le agradezco de todo corazón. Gracias por su orientación y enseñanzas.
Un abrazo de luz Eva Juana.
Paz y bien.
Tiempo estimado de lectura: 4 minutos y medio. 830 palabras.
La lucha por un objetivo no es garantía de consecución. Las cosas que merecen la pena cuestan. A veces se consiguen, otras se consigue lo que no entraba en nuestros planes. Nos olvidamos de que el éxito puede estar en el mérito mismo de intentarlo (y lo que esto supone para nuestro autoconcepto) o en todo lo que llegas a aprender en dicho proceso. Todo pasa por algo, hasta el fracaso.
Aunque nos cueste entenderlo, lo que llamamos “fracasos” suelen acercarnos a un éxito desconocido, que quizá ni habíamos imaginado, pero éxito al fin y al cabo, y que nos vendrá bien en el futuro. Son esos errores convertidos en aciertos.
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Maldita frustración II
«La frustración es un estado emocional interesante, porque tiende a sacar lo peor de quien está frustrado.»
“El ventanal” (2000), Daniel Handler
“La madurez es la capacidad de pensar, hablar y actuar dentro de los límites de la dignidad. La medida de tu madurez es cuán espiritual te vuelves en medio de tus frustraciones”.
Samuel Ullman.
Tiempo aproximado de lectura: 3 minutos. 600 Palabras.
Según los expertos en esta materia, existen tres perfiles a la hora de hacer frente a una situación altamente frustrante:
- Con agresividad, sacando a flote la ira y descargando contra todo o contra todos. Se trata de un estado de oposición relacionado con la ira y la decepción, que surge de la percepción de resistencia a lo que deseamos.
- Mediante herramientas de huida, evitación o escape de esas situaciones frustrantes.
- Con mecanismos de sustitución. Cambiando una situación por otra que no le produzca esa angustia. Lo que casi siempre conlleva altas dosis de autoengaño.
Lo sano sería después de cualquiera de estos tres procesos aprender a aceptar realidades…
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Hay un tiempo para todo
“Hasta una decisión correcta resulta equivocada cuando se toma demasiado tarde”
Lee Iacocca –

Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol:
un tiempo para nacer y un tiempo para morir, un tiempo para plantar y un tiempo para arrancar lo plantado;
un tiempo para matar y un tiempo para curar, un tiempo para demoler y un tiempo para edificar;
un tiempo para llorar y un tiempo para reír, un tiempo para lamentarse y un tiempo para bailar;
un tiempo para arrojar piedras y un tiempo para recogerlas, un tiempo para abrazarse y un tiempo para separarse;
un tiempo para buscar y un tiempo para perder, un tiempo para guardar y un tiempo para tirar;
un tiempo para rasgar y un tiempo para coser, un tiempo para callar y un tiempo para hablar;
un tiempo para amar y un tiempo para odiar, un tiempo de guerra y un tiempo de paz.
¿Qué provecho obtiene el trabajador con su…
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Sin ponerle palabras
“La fe es el pájaro que canta cuando el amanecer todavía es oscuro” (Tagore)
«Sin esfuerzos. Sin planes. Sin propósitos. Sin pasados. Ni futuros. Sin agobios. Sin horas. Sólo con las manos. Con las suyas. Con las nuestras, fue como fuimos sanando su dolor. Y fue sanando el mío. Ordenando cajones, arrasando basura, leyendo páginas sin fin.
Ordenando recuerdos, arrasando sentimientos, corriendo kilómetros sin fin.
Ordenando, descansando, creando y dando paso se fue sanando aquello a lo que no era capaz de ponerle palabras. Y sin darnos cuenta, amaneció.»
Que así sea en el nombre del Señor Jesús.
Amén.
¡La hemos vuelto a hallar!
– ¿Qué ?- – La Eternidad.
Es la mar mezclada con el sol.
Alma mía eterna, cumple tu promesa
pese a la noche solitaria
y al día en fuego.
Pues tú te desprendes
de los asuntos humanos,
¡De los simples impulsos!
Vuelas según..
Nunca la esperanza,
no hay oriente.
Ciencia y paciencia.
El suplicio es seguro.
Ya no hay mañana,
brasas de satén,
vuestro ardor es el deber.
¡La hemos vuelto a hallar!
– ¿Qué ?- – La Eternidad.
Es la mar mezclada con el sol.
Arthur Rimbaud (Versión de Umberto Toso)
– Tú que me conoces más allá de las apariencias, ¿cómo hago para aliviar este dolor al que no soy capaz de ponerle palabras?
– Deja de buscarlas, las palabras y las explicaciones. Deja de pensar. Deja de darle vueltas a qué pudiste hacer mal. Deja de imaginar que…
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El pacto de Alicia
«Nunca es tarde para encontrar un nuevo amigo, si además se trata del mismísimo Sombrerero Loco. No sabía nada de Alicia, acababa de encontrarla en el camino. Pero sin conocerla de nada le rogó con fuerza que no mendigara amor. Y casi de golpe ella cayó en la cuenta de que era lo que llevaba haciendo toda su vida con los amigos, con la familia, con cualquiera que se acercaba y en cualquiera de sus formas.
Mendigar amor como quien mendiga agua porque tiene sed o quien mendiga pan porque pasa hambre.
(…)
En el camino también conoció al Conejo Blanco, que puede que de verdad quisiera quererla, aunque no supiera cómo hacerlo. Así que Alicia fue entendiendo que el amor debe venir desde dentro, para poder darse a los demás sin miedos, sin esperar a cambio, sin transacciones. Descubrió una forma de amar que poco tenía que ver con el sentimiento que siempre había mendigado.
Tuvo que aprender a no responsabilizar al otro de lo que ni ella misma era capaz de darse. Incluso logró entender que lo que de los otros le lastimaba no siempre tenía que ser por falta de amor, sino por su propia falta de respeto hacia sí misma.
Así fue como, gracias al Sombrero Loco, ella aprendió que si conseguía atenderse, escucharse, cuidarse, aceptarse, perdonarse y amarse a sí misma lo suficiente, estaría protegida ante muchas acciones de los demás. Y el amor, el de verdad, llegaría sin mendigarlo, incluso sin esperarlo.
Porque si una cosa caracteriza al País de las Maravillas, es que todo puede ser y no ser al mismo tiempo. Y mientras Alicia comenzaba a quererse, dejó de necesitar el amor del Conejo Blanco, aquel amor que tanto le atormentó durante años.»
(…)
Entrada publicada originalmente en: https://evajuanatey.com/2020/02/23/el-pacto-de-alicia/#like-4150

“—¿Pero tú me amas?— Preguntó Alicia.
—¡No, no te amo!— Respondió el Conejo Blanco.
Alicia arrugó la frente y comenzó a frotarse las manos, como hacía siempre cuando se sentía herida.
—¿Lo ves?— Dijo el Conejo Blanco.
Ahora te estarás preguntando qué te hace tan imperfecta, qué has hecho mal para que no consiga amarte al menos un poco.
Y es por eso mismo que no puedo amarte.
No siempre te amarán Alicia, habrá días en los cuales estarán cansados, enojados con la vida, con la cabeza en las nubes y te lastimarán.
Porque la gente es así, siempre acaba pisoteando los sentimientos de los demás, a veces por descuido, incomprensiones o conflictos con sí mismos.
Y si no te amas al menos un poco, si no creas una coraza de amor propio y felicidad alrededor de tu corazón, los débiles dardos de la gente se harán letales y te…
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Peligros y engaños de la ética.
Resumen
Este artículo sostiene que las verdades de nuestra existencia son las verdades mismas del cuerpo, mucho más y mucho antes que las verdades que promulga el cerebro o la mente. No podemos hablarle al cuerpo de preceptos éticos: esta es la gran estafa de la vida. El cuerpo almacena todas las verdades de nuestra vida, y estas verdades son las funciones vitales.
El cerebro es importante, no hay la menor duda. Pero es puramente instrumental. La razón de su importancia radica en que aprende muy rápidamente (cuando aprende). Pero el problema es que de ser un instrumento, se convirtió en un fin en sí mismo. Esta es la historia del logocentrismo y el encefalocentrismo, que marcaron toda la historia de Occidente hasta el momento…
Vivir Viviendo o Vivir Creyendo
Las creencias son etiquetas tan adheridas a nuestras psiques que pasan desapercibidas, y terminan por convertirse en nuestra manera de ver e interpretar la vida. Entonces, con nuestras etiquetas, salimos a vivir. Sin embargo, ya es bien conocido que la mayoría de nuestras creencias limitan nuestras decisiones, relaciones, ámbito laboral, nuestras finanzas, y puedo atreverme a llamarlas “el pequeño espacio en el que vivimos”. Es vital reinventarse en el amor, en el quehacer y en la sociedad, para aportar y aportarnos un cambio sustancial en función de un mundo mejor.
Hoy, las personas manejan información constante acerca de cualquier tema, y en esta misma medida es posible inferir que dominan conceptos tales como: emoción, paradigmas, decodificación, numerología, constelaciones familiares, neurociencias, y un sinfín de otros conocimientos que emergen en lo cotidiano para darnos la facilidad de romper con patrones tóxicos de conductas que puedan darnos la libertad de VIVIR VIVIENDO Y NO VIVIR CREYENDO…
‘La excelencia en los valores’, por Pedro Paricio
a través de ‘La excelencia en los valores’, por Pedro Paricio
vía Dame tres minutos por José Iribas
(…)
Esta tendencia hacia lo seguro es lo que debió condicionar anímicamente el entramado ético del pensador alemán Arthur Schopenhauer (1788-1860). En los inicios del convulso siglo XIX, después de sus largos viajes juveniles por Francia e Inglaterra, se vio tan afectado por el sufrimiento de las clases humildes que llegó a afirmar: “A los diecisiete años me sentí impresionado por la miseria de la vida”. Con el paso del tiempo desarrolló un pesimismo filosófico anclado en la idea de que la práctica de la compasión se justifica como alternativa para afrontar la negatividad de nuestro mundo.
De este modo, “cuando nos encontremos con un hombre –añadiría el sabio de Danzig–, [conviene que] no nos paremos a pesar su inteligencia ni su valor moral. Consideremos sus miserias; entonces se despertará nuestra simpatía y experimentaremos por él conmiseración. La conmiseración es ese hecho asombroso y lleno de misterios en virtud del cual vemos borrarse la línea fronteriza que a los ojos de la razón separa totalmente un ser de otro ser”. En definitiva, si el individuo ve en todo dolor ajeno el suyo propio es porque reconoce en la angustia de los otros seres su yo más verdadero…
El sentido de tu vida
Uno de los libros cuya lectura me marcó en su día es “El hombre en busca de sentido”, de Viktor Frankl. Esta pequeña gran joya fue escrita por su autor tras sobrevivir, desde 1942 hasta 1945, en varios campos de concentración nazis; entre ellos Auschwitz y Dachao.
En su obra, Frankl subraya cómo, incluso en las condiciones más extremas, más adversas, el ser humano puede encontrar una razón para vivir, basada en su dimensión espiritual.
Hoy quiero charlar contigo sobre el sentido de tu vida, incluso, del de tu día. Y, naturalmente, del de la vida de cualquier otra persona; del de la mía, sin ir más lejos.
Ni tú ni yo padecemos, afortunadamente, las terribles condiciones que sufrió Frankl. Ni vivimos en la II Guerra Mundial. Lo tengo claro. Pero la situación del mundo actual es manifiestamente mejorable.
Calidad de servicio o Calidad humana… Tenemos Esperanzas en Venezuela
ANÉCDOTA GRATIFICANTE DEL JUEVES 08 DE MARZO
Mi hermano menor es Economista con una larga y reconocida trayectoria de más de 30 años en la banca privada nacional. Actualmente se desempeña como Vicepresidente de Operaciones y Tarjetas de Crédito de un reconocido banco privado en Venezuela.
En una de mis últimas visitas a una de las agencias de este prestigioso banco, dónde tengo una de mis cuentas bancarias, me disponía a realizar un sencillo trámite de reposición de mi libreta de ahorros.
Yo llegué como un cliente más y me dispuse a esperar mi turno para ser atendido, era uno de mis peores días, me sentía muy mal, tanto física como anímicamente, tenía malestar y fiebre, no había comido nada en todo el día y sentía que me podía desmayar en cualquier momento, pero me dispuse a esperar tranquilamente en una larga fila, cuando tenía como 30 minutos esperando y estaba pensando seriamente en abortar mi diligencia debido a mi malestar físico, la ejecutiva de atención al cliente me hizo señas que me acercara a su escritorio y dejando de atender a otra persona me preguntó que si yo era jubilado y que ¿en qué podía ayudarme?
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