Desapego
Vivimos apegados a todo lo que nos produce seguridad o placer, ya sea a la familia, al trabajo, al dinero, al cuerpo, a la posición social, sin lo cual creemos que no podemos vivir. El desapego nos hace libres, nos permite vivir sin la aprensión de perder el objeto de nuestro apego, pero, sobre todo, nos hace fluir con la vida, con lo que nos toca vivir, porque por algo se nos presentan sus diferentes circunstancias. En ellas van implícitas las enseñanzas que nos propusimos adquirir antes de bajar a la densidad del mundo físico.
Nada ni nadie es indispensable en nuestra vida, todo está organizado desde otros planos de realidad de tal manera que si fluimos con lo que nos acontece, acabaremos por darnos cuenta a la larga que esas condiciones de vida eran las necesarias para nuestro avance espiritual…
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