Elegía / a Inés
«Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma… ¡Yo no sé!Son pocos; pero son… Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.Son las caídas hondas de los Cristos del alma
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.Y el hombre… Pobre… ¡pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!»
César Vallejo: “Los heraldos Negros”
Nota: La presente es una obra en construcción. Se irá nutriendo con el tiempo. Por los momentos, he ido colocando los pensamientos que he publicado en twitter (@jcsosazpurua) desde el día del deceso de Inés (notarán, en consecuencia, que no existe un orden lógico). Iré escribiendo nuevos sentimientos, memorias y publicando otras fotografías. No sé a dónde me llevará este ejercicio, pero he descubierto su poder catártico, en especial, porque la interacción con mis lectores me ha suministrado un valiosísimo material de reflexión, que me ha permitido transitar este camino sintiendo cariño y mucha empatía humana. Gracias!

Conocí a Inés cuando teníamos 16 años (ella es tres meses mayor). Al verla quedé maravillado y supe que sería mi esposa algún día. Nos casamos a los 23 años y desde entonces nutrió mi vida con los mejores sentimientos y la más elevada nobleza. Todas mis memorias son de ella, todo lo…
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