Palabras de Franz Kafka que probablemente sean las mejores instrucciones para meditar
No muchos lectores conocen Los Aforismos de Zürau, una obra póstuma, la cual tiene algunos de los pensamientos filosóficos más lúcidos y penetrantes de Franz Kafka. Es un pequeño libro sin desperdicio, donde todo parece ser, parafraseando al mismo Kafka, como «el hacha que rompe el mar de hielo que llevamos dentro». Allí encontramos un aforismo que, curiosamente, ha sido retomado por muchos maestros de meditación. Difícilmente asociaríamos a Kafka con el movimiento del mindfulness, lo suyo es algo más profundo. Estamos ante el fuego de la contemplación -el tapas védico-, el estado de silencio y ardor que es propio de lo místico. Se lee:
No hay necesidad de dejar la casa.
Quédate sentado y escucha.
Ni siquiera escuches, sólo espera.
Ni siquiera esperes; quédate sólo, completamente quieto.
El mundo se ofrecerá a sí mismo para ser desenmascarado; no puede no hacerlo, dará vueltas en éxtasis a tus pies.
Compasión versus xenofobia por Ismael Cala
Como emigrante me siento impactado por la ola de xenofobia que recorre América Latina en las últimas semanas, sea en Costa Rica —con acciones de rechazo a los nicaragüenses— o en Brasil —hacia los venezolanos que huyen de su país—.
Quizás la marcha de miles de personas intentando salir por las fronteras, genere temores en los países vecinos, pero la respuesta a la incertidumbre no es en ningún caso la agresión física. Ante una crisis tan grave, la acción humanitaria ha de ser concertada entre todos los gobiernos, para encontrar rápidamente soluciones responsables. No caben las expresiones xenófobas ni los episodios violentos…
El yang de la compasión
La compasión es una las virtudes más nobles del ser humano. Pero en ocasiones, la compasión se confunde con lástima, queja, pena o “pobrecito por lo que está pasando”. Esto la hace lucir como algo blando, débil, incluso inútil. Es así como la compasión, un poderoso vínculo entre los seres humanos, se malinterpreta como un paño caliente para el alma adolorida.
La compasión es otra cosa. El psicólogo británico Paul Gilbert la define como “darse cuenta profundamente del sufrimiento propio y de otros seres vivos, junto al deseo y esfuerzo de aliviarlo”. Una definición más corta es la del Dalai Lama: “el deseo de que todos los seres puedan estar libres de sufrimiento”. Desde esta perspectiva, la compasión no es simplemente lamentarse por lo que le sucede a uno mismo o a los demás. Se trata más bien de conectarse con el sufrimiento (lo que sería empatía) y sentir el impulso de hacer algo al respecto…
El Dailai Lama no entiende…
El Dailai Lama no entiende cuando se habla de autoestima y de autocompasión. Para él, son conceptos que se invalidan a sí mismos, es como decir “no debes tocar el fuego”, “no debes cruzar la avenida cuando hay muchos autos”. ¿Quién necesitaría tener eso claro? ¡Todos lo sabemos, es una obviedad!
Así, para el budismo también es una obviedad el amor por nosotros mismos y la compasión por nuestro propio sufrimiento. ¿Quién no se ama a sí mismo ni se siente amable y bondadoso con el dolor de la vida en sus múltiples formas? Esto piensa también el Dalai Lama y así lo dejó claro en el encuentro con científicos de principios del milenio y que luego dio lugar al libro Emociones destructivas de Daniel Goleman.
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