Cansado y Abatido, con la Esperanza Muerta…

«Con toda la ilusión perdida, me acuesto, y me levanto con el más terrible de los sentimientos, que es el sentimiento de tener la esperanza muerta. Quiero huir, quiero no ver…» (FEDERICO GARCÍA LORCA)

Mi salud física y mental se hace cada día más escasa, mi autoestima en su nivel más bajo va mermando con el paso de los días y el incremento de los insultos y vejaciones por parte de la dueña de la casa, quién de una manera desconsiderada, agresiva, soez y desproporcionada arremete contra mi persona a cada momento.

Ya no trato de buscar alguna explicación a todo esto que me sucede pues de una mente enferma y disociada es impredecible todo lo que pueda surgir de ella.

En algún momento traté de dialogar con ella para hacerle ver lo que está haciendo conmigo, una persona de la tercera edad con una enfermedad catastrófica, sin hogar y sin familia, sin recursos económicos, en pocas palabras un desahuciado en declarada indefensión y minusvalía… incluso apelando a los recuerdos y las vivencias de casi 20 años viviendo juntos como un matrimonio establecido y a toda una vida que tengo de conocerla (por ser prima), pero eso solo hace que se altere y se enfurezca más o que solo se ría a carcajadas como una enajenada mental cuando me atrevo a recordar algo que vivimos o compartimos y ella se burla de manera eufórica alternando carcajadas de burlas con gestos despectivos y muy agresivos (tipo malandro) con palabras soeces para desacreditar todo lo que afirmo…

Por ejemplo cuando le digo que toda mi solidaridad hacia ella fue por respeto y amor, ella me responde entre sonoras carcajadas que todo lo que yo le dí y lo que hice a favor de ella lo hice porque soy un «huevón» (gilipollas) y sigue riéndose con sorna de manera diabólica. Que se puede esperar de un ser de tan baja calaña…

Ella es una persona que miente descaradamente, incluso llega a expresar cosas y hechos que nunca sucedieron o tergiversa cualquier cosa que yo trate de decir, por ejemplo: si me atrevo a recordarle que mientras vivió a mi lado nunca tuvo necesidad de trabajar pues yo siempre fui el seguro y único proveedor y a mi mejor saber y entender nunca le faltó nada a ella para cubrir sus necesidades, eso la hace enfurecer e incluso trata de minimizar el comentario con sus ironías, carcajadas y burlas… o si yo digo que yo vivía en PAZ cuando estuve solo en su casa ella dice que yo estoy diciendo “que yo era FELIZ cuando ella no estaba en su casa” lo cuál no es ni de lejos sinónimo de lo que yo estoy expresando… (pareciera ser un simple problema de semántica pero también demuestra una realidad disociada de su parte)

Y así es con todo lo que digo por lo que he optado por guardar silencio y no decir absolutamente NADA en una especie de voto de silencio que trato de no quebrantar y cumplir de manera cabal, entonces me reclama que yo la “miro feo” y también he optado por no mirarla a la cara y mantener la mirada baja, mirando hacia el piso (de manera sumisa) tal como debían hacer los esclavos frente a sus amos o la servidumbre al estar cerca de sus patrones. Todo esto lo hago para evitar sus insultos y vejaciones aún en detrimento de mi propia autoestima que cada día se ve más deteriorada por toda esta situación.

Para tratar de zanjar este problema he puesto en práctica el aforismo No. 7 del filósofo Ludwig Wittgenstein

«De lo que no se puede hablar, hay que callar la boca».

Cuando ella reiteradamente me pide: “QUE ME LARGUE DE SU CASA, QUE ESTÁ CANSADA, OBSTINADA* DE MI PRESENCIA”… yo le digo que no tengo a dónde irme (ella lo sabe), que estoy tratando de conseguir algún sitio o asilo que me pueda recibir pero eso no es fácil y ella lo sabe de sobra. En su momento (2014) ella aceptó gustosamente que yo trasladara todas mis pertenencias y enseres a su casa e incluso comenzó a usufructuar las mismas, a disponer de ellas y a desaparecer algunas como lavadora, ventiladores, toda mi ropa, lencería y toallas, licuadoras, protectores eléctricos, etc. etc. todo eso mientras yo estuve viviendo en el páramo merideño (2014-2017) y yo confiando en ella deje todo eso pensando que estaría a buen recaudo y no fue así. Ella se “defiende” diciendo que a ella también se le han perdido muchas cosas, es decir tal como lo hace un maleante se defiende “atacando” muy típico de esos casos. Yo trato de enfatizar que no la estoy acusando de nada y que solo quiero expresar una realidad, que muchas de mis cosas y toda mi ropa simplemente DESAPARECIERON, se desvanecieron. He optado por «pasar esa página» y lo hago en aras de la tranquilidad y sana convivencia pero lamentablemente de nada sirve mi actitud.

Las pertenencias y muebles que quedan en la casa trato de preservarlas y cuidarlas al máximo para un eventual uso futuro de las mismas pues no tengo como adquirir otras nuevas, la mayoría las siguen usando y disfrutando como la nevera, los muebles, el pantry, algunas ollas, etc. no obstante ante cualquier comentario u observación de mi parte para que trate de cuidar las cosas y evite darle malos tratos y golpes, entonces eso la enfurece y golpea con furia el objeto involucrado y comienza nuevamente el ciclo interminable de insultos y ofensas junto a la reiterada petición:

QUE ME LARGUE DE SU CASA, QUE ESTÁ CANSADA, OBSTINADA* DE MI PRESENCIA”

(en este video en YouTube se pueden escuchar algunas evidencias de lo expresado)

He optado por encerrarme en la habitación dónde duermo y trato de salir lo menos posible.

He tratado de no usar más el baño y mis necesidades las realizo en un envase o bolsa que luego desecho, las pocas veces que me baño lo hago en el patio trasero con agua de lluvia para tratar de evitar problemas e inconvenientes con la señora. Todo esto (estar encerrado, limitado en TODO) es muy deprimente, incómodo y (lo considero) hasta una vejación a la condición humana, a un adulto mayor con discapacidad y con una enfermedad degenerativa como es mi caso, no obstante prefiero someterme a esa humillación para evitar sus agresiones.

(y vuelvo a recordar a Ludwig Wittgenstein) «De lo que no se puede hablar, hay que callar la boca»

«Hay cosas que no se pueden decir porque no hay palabras para decirlas; y si las hubiera, nadie entendería su significado.»

Federico García Lorca,

Doña Rosita la soltera – 1935

En mi encierro yo estoy aferrado a la oración, a la meditación, a mucha lectura, principalmente de la Biblia tratando de encontrar consolación, alivio, aceptación y ayuda a mis penurias y desesperación.

Le pido mucho a Jesús Misericordioso que me de fortaleza para resistir y no sucumbir ante tanta maldad y odio vertidos hacia mi por una persona a la que me unió un vínculo sagrado como el matrimonio, el amor y una larga vida en común y una hija que debe presenciar todo esto sin tomar parte por razones comprensibles.

No estoy seguro de poder resistir más esta patética, dura y difícil situación, es mucho dolor acumulado que mi menguada humanidad no puede (ni desea) seguir padeciendo. Confieso que cada noche le pido a Dios que me perdone y que tome mi alma en sus manos para dejar de sufrir y que cesen todos mis tormentos, le pido que me regale la muerte para librarme de este infierno…

Se que hago mal y lo reconozco, pero todo es producto de las amenazas y la presión que estoy recibiendo continuamente y de manera exponencial con el transcurrir de los días.

También le pido al alma de mi madre fallecida (una mujer creyente y piadosa) que por favor me venga a buscar y me rescate de este suplicio para poder ir a descansar eternamente a su lado.

Yo estoy consciente que uno no puede (ni debe) pedirle a Dios una solución específica a nuestros problemas, al igual que no le puedes decir a un médico como sanar tu enfermedad, yo lo sé y aún así insisto en pedirle primero que me perdone y luego solo le suplico que me permita dormir el sueño de los justos (tal vez sin ser yo justo) que me permita quedarme dormido para siempre, que me permita morir para no despertar nuevamente en esta miserable existencia en que estoy inmerso.

La Muerte que podría ser un anhelado descanso para un hombre cansado como yo, no es solamente un descanso, sino una transición o resurrección, una reencarnación, un renacimiento, una nueva vida, un nuevo comienzo…

Una nueva puerta se abre, la muerte es Dios.

Debo confesar que he pensado seriamente en el suicidio e incluso he preparado como consumarlo, solo mi temor y mi Fe en Dios (y tal vez algo de cobardía) han impedido hasta el día de hoy que cometa tan repudiable acto.

También reconozco que me abstengo de dar este paso cuando viene a mi pensamiento mi querido Papá que a sus 90 años no se merece recibir una noticia así, aunque también pienso que tal vez mis hermanas de manera acertada evitarán que se haga de su conocimiento tan nefasta información para preservar su tranquilidad y su salud lo cuál me parece muy justo y loable de su parte si así lo hicieran.

REALMENTE NO SE QUE SERÁ DE MI EXISTENCIA,

ESTOY MUY ABATIDO Y CANSADO

YO TAMBIÉN ESTOY OBSTINADO…

En Barinas, a los 14 días del mes de julio del año 2022

Víctor Federico Torres van Grieken

*OBSTINADA / O

*(Sentimiento agobiante de cansancio e incomodidad que tiene una persona)

Deja un comentario

Aida Aguilar, Pediatra

Sitio para compartir información y consejos, dirigido a los padres de los pacientes de la Clínica Pediátrica Aida Aguilar

Librería Solís Shop (LSS)

Servicios de Publicidad, Publicaciones y Tecnología.

ciudadsiglocero

Cultura y Opinión

Cruzar la Noche

Poemas y Cuentos para Insomnes

Speranze Letterarie

Lettura racconti gratis - Free reading of novels

Doble espacio

A doble espacio con el vacío entre las líneas

S.H. El Señor de la Historia

Novela contemporánea existencialista

WOMAN PENELOPE

Primer Consulting Sexologico

Irreflexiones

sergio rozalen

LA BANCARROTA DEL CIRCO

Según tengo el día. Lo que quiero y a veces no puedo.

El plumier de Nenuse

Poesía, cuentos infantiles y relatos de Neus Bonet i Sala

AlEgRÍa AleGría 13

Cultura de entretenimiento (+18)

Architectura

Blog sobre ingeniería, diseño y arquitectura.

Soy Johana Herramientas para la vida

Blogger, Editora, Escritora, Mentor, me dedico a sentir, pensar y reflexionar, porque somos seres sintientes, reflexivos con capacidad para crear y darle forma a todo lo que nace en nuestra imaginación.

telodigosindecirlo

realidad interpretada

Jerónimo Alayón

Lingüista y filólogo. Escritor. Profesor universitario.